Mantenimiento correctivo de mandrinos: concepto y proceso
El mantenimiento correctivo se ejecuta después de que ocurre una falla, con el fin de restaurar la funcionalidad del equipo. En entornos industriales, los mandrinos (ejes giratorios de alta velocidad en máquinas CNC) son componentes críticos: cualquier avería en el eje detiene el mecanizado y genera paros de producción. El objetivo del mantenimiento correctivo de mandrinos es diagnosticar y reparar rápidamente estos fallos para minimizar tiempo de inactividad. A diferencia del mantenimiento preventivo, que se realiza antes de la falla, el correctivo actúa una vez que el mandrino ya ha fallado. El procedimiento típico incluye detección de la avería, desmontaje del mandrino, limpieza y sustitución de componentes dañados, seguido de pruebas de funcionamiento para garantizar su restauración.
La reparación de un mandrino implica varios pasos técnicos. Primero se verifica la fuente del problema (por ejemplo, un bloqueo del eje o ruidos anormales). Luego se desmonta la unidad para inspeccionar internamente cojinetes, engranajes y juntas. Durante el desmontaje debe retirarse cualquier cubierta protectora; es común encontrar que su remoción (a veces por descuido) permite la entrada de líquidos o virutas, tal como advierten casos documentados.
Se revisan las juntas de sellado y los rodamientos internos buscando signos de óxido o suciedad. En esta fase de inspección es clave una revisión visual minuciosa: se buscan fugas de aceite o refrigerante, corrosión en el eje, golpes en el mecanizado y otros daños visibles. Esta inspección detecta daños como el óxido en el husillo (que indica fallas en sellos o fugas) o suciedad en los rodamientos (que evidencia un mal sellado). Identificar estos problemas permite planificar las acciones correctivas precisas.
En nuestro artículo sobre la reparación de un husillo cabezal SW HSK-100 podéis ver ejemplos de todos estos conceptos de mantenimiento preventivo.
Procedimiento general de mantenimiento correctivo
Tras la inspección inicial se procede al desmontaje completo del mandrino. Se separan el motor, la reductora solidaria y el portaherramientas, cuidando de no perder la alineación original. Se limpian todas las piezas con disolventes adecuados para eliminar restos de refrigerante viejo y partículas. Durante esta etapa se revisan engranajes, cojinetes y juntas: es frecuente que los engranajes muestren desgaste por carga constante o lubricación inadecuada.
Si algún diente está dañado, debe reemplazarse para evitar desajustes que afecten el torque. La lubricación es vital: una falta de aceite en el reductor provoca sobrecalentamiento y acelera el desgaste de componentes. Por eso se renueva la grasa o aceite del sistema con el lubricante especificado por el fabricante. También se revisa la alineación: cualquier desalineamiento entre el motor y el eje causa cargas adicionales en cojinetes y engranajes.
Durante el desensamble, se anotan las posiciones de componentes clave para asegurar un montaje fiel. Se instalan nuevos rodamientos de alta calidad si los existentes muestran desgaste o juego excesivo. Asimismo se sustituyen sellos y juntas tóricas dañadas. Si la reparación lo requiere, en mandrinos muy deteriorados es posible fabricar separadores o asientos especiales para restaurar las tolerancias originales del fabricante.
La instalación de piezas nuevas y el ensamblaje se hace con herramientas especiales para respetar las alineaciones y pares de apriete prescritos. Después de la reconstrucción, se realiza una prueba sin carga: el mandrino debe girar libremente y sin ruidos extraños.
Finalmente, se comprueban parámetros de rendimiento (por ejemplo, equilibrio dinámico, temperaturas de funcionamiento y precisión del giro) para validar que se haya recuperado la funcionalidad normal.
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Caso práctico: reparación de un mandrino Redex 000.680.468
En un caso real, el mandrino de marca REDEX modelo 000.680.468 ingresó con un fallo de giro en el eje. El equipo de GDM observó que el husillo no giraba al aplicar potencia, indicando un problema interno. Durante el diagnóstico inicial se confirmó la avería eléctrica no era la causa: no había cortocircuitos en el estator, por lo que se procedió a la revisión mecánica. Para ello se retiraron cuidadosamente las cubiertas protectoras y luego el conjunto motor–reductor. Al desmontar la carcasa se encontraron los daños ilustrados anteriormente: corrosión en el eje y suciedad profunda en los cojinetes. Estos indicaron un fallo de sellos y contaminación interna.
A continuación, los técnicos realizaron la reparación mecánica: se limpiaron minuciosamente todas las superficies internas y se reemplazaron las juntas de sellado estropeadas. También se sustituyeron los rodamientos afectados. En caso de necesitarlo, se fabricaron separadores para compensar la erosión del eje y restaurar las dimensiones de fábrica. Finalmente, se volvieron a montar cuidadosamente el reductor y el motor, garantizando la correcta alineación. El mandrino quedó libre de juego y las pruebas de giro mostraron que ahora operaba sin bloqueos.
Como documentó GDM en su canal técnico, “esta reparación requirió limpieza minuciosa de las superficies y sustitución de todas las juntas”. En efecto, tras estas acciones el mandrino Redex 000.680.468 recuperó su funcionalidad. El proceso completo está grabado en un video paso a paso publicado por GDM en su canal de LinkedIn, este vídeo está accesible al final del artículo.
Mantenimiento profesional.
El caso real del mandrino Redex demuestra la importancia del mantenimiento correctivo profesional. Gracias a la intervención se restauró el giro del eje y se evitó el reemplazo completo del equipo, lo cual habría significado tiempos de paro mayores y costos superiores. Este ejemplo subraya que la detección temprana de óxidos, residuos o fugas (a través de inspecciones visuales y auditorías regulares) es clave para prevenir daños graves.
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Aquí tienes un video completo de la reparación.
